lunes, 24 de diciembre de 2012

JUAN CUELLAR Y SUS REFLEXIONES


Juan Cuellar
2 hours ago
Esta anecdota es real. Todo acontecio segun los hechos y lo cuento hoy, dia de Nochebuena, (vispera de Navidades) por el significado que tuvo y tiene a mi fe religiosa desde los anos de mi juventud. Lo hare en tres partes porque cada parte es crucial y necesaria, aunque en realidad hay tantas partes en mi vida que encajan perfectamente en lo que quiero compartir de esas experiencias con ustedes. Todo fue tal como lo cuento y espero que sirva de algo.

Y me puse de su lado. (Parte I)

Era el mes de mayo de 1971. Mi madre como una loca me agarra, olvidandose del vecino chivaton del Ministerio del Interior -al lado nuestro- y que ademas era recabuchador, y grita: Si no sales de este Guantanamo como un rayo para Camaguey te llamo a la policia, porque prefiero llevarte una jabita estando vivo en la carcel que ir al cementerio a recojerte en pedazos si tratas de irte por la Base. Ya tengo el pasaje listo y yo mismo te montare en la guagua. Y me deje montar porque sabia que ya me habia visto hecho pedazos y esa imagen no habia quien se la sacara del cerebro, lo mismo le pasaba con el rio que tanto terror le tenia a que me ahogara, como sucedia a cada rato, y me lo prohibia a base de palos, sin ningun exito por supuesto ya que siempre me las ingeniaba con ella.

Tan pronto el chofer llego al puente de San Justo, cerquita del cementerio San Rafael; en donde las madres cubanas iban desesperadas a tratar de reconocer a sus hijos desaparecidos en cuerpos -y partes de cuerpos- expuestos como una muestra del terror oficial a quienes trataban de cruzar la Base por tierra o por mar; lo mismo por una mina que por cualquier tiburon; ahogado que ametrallado, lo cual tenia a las madres aterrorizadas cuando un hijo no dormia en casa. Le dije al chofer que habia olvidado mi carnet de identidad y que no podia seguir ese viaje. El me firmo el pasaje con derecho al proximo omnibus que saliera de Guantanamo. Ahi mismo me fui para el cuarto del hermano de Angelito en la calle Moncada (Linea) y a los tres dias partimos a cruzar la Base por mar. Llegamos cerca del poblado Los Canos y cruzamos unos pantanos por mas de 45 minutos y llegamos, eshaustos a un pequeno terreno de tierra firme donde anos atras parece ser hubo una vivienda de lo cual solo sobrevivia algunas tablas podridas y algunos cactus de un jardin abandonado y un pozo de agua seco. Llegamos haciendose de noche. Cuando la oscuridad cayo como dando el toque de queda, sin luna por supuesto, las piernas temblaron mas del miedo que del cansancio. Segun informes que teniamos, toda esa parte estaba siendo minada y teniamos que atravezar unos 25 metros para llegar al fango en forma de playa. En eso Angelito dice que teniamos que comer para recuperar energia y todos estuvimos de acuerdo, mas por el miedo que por conviccion y que el iba a cojer cualquier transporte en Los Canos para traer comida de Guantanamo y que regresaria al siguiente dia, sin dejar de recordarme lo que habiamos pactado. El chino enseguida dijo que el iria a buscar agua al rio y estaria de regreso enseguida y asi los dos partieron en compania. Alberto (creo que asi se llamaba) y yo nos quedamos en espera. Paso el primer dia, el segundo y gracias a Dios que teniamos frutas en los cactus lo cual nos hacia orinar rojo como la sangre y un poco de agua que bebiamos de la superficie del pantano. Sedientos y hambrientos pasamos 3 dias y medio, escuchando a los perros de los guardafronteras, escondidos debajo de zarzas, hasta que convecido que algo le habia pasado a Angelito; el chino yo sabia que se habia rajado y nunca espere que regresara con el agua, ya que aunque solo tenia 14 anos era un hombrecito en su palabra.

Salimos por un pequeno camino en la Salina y en un par de minutos estabamos en el entronque que nos habia tomado 45 minutos atravezando manglares. La proxima vez vengo por aqui, le dije a Alberto y partimos rumbo a Guantanamo. Cuando llegamos nos enteramos enseguida que Angelito lo habian cojido preso en Los Canos y se lo habian llevado para la prision de Boniato. Lo peor de todo es que se habia corrido la bola que yo habia logrado cruzar pero que el pobre Angelito lo habian cojido. Tambien que habiamos perecidos por una mina que exploto. Los del G2 staban buscando a un tal Juan. Me entero tambien que mi mama salio como una loca hacia Camaguey cuando le dijeron todo esos rumores: "A Juancito lo monte yo misma en una guagua hacia Camaguey...eso no puede ser cierto" decia Mima llena de angustia.

Me fui para la terminal con mi pasaje firmado y me monte en la primera guagua que salio para Camaguey. Temiendo que la Seguridad daria conmigo, de la terminal en Camaguey fui directo al Ministerio del Trabajo y me acogi a la ley contra la vagancia, recien anunciada, y pedi trabajo. Me dijeron que 2 dias iria al central Lugareno a trabajar en los ferrocariles. De ahi parti hacia la casa de mi abuela y cuando llego, me entero que Mima habia regresado para Guantanamo desesperada y pensando lo peor y le mande un telegrama diciendole que estaba trabajando en los ferrocariles. Mi tia ni me pregunta donde habia estado desde que Mima me monto en la guagua, sino, con su sarcasmo de siempre me cuenta que Mima habia ido a ver a Irma, la espiritista y que esta le habia dicho que yo estaba escondido, rodeado de mar y pantanos, sediento y hambriento; que ella oia ladridos de perros pero que nada me iba a pasar ya que yo estaba tratando de irme del pais pero ese no iba a ser mi tiempo, pero que eventualmente lo lograria porque estaba protegido por una fuerza poderosa. Cuando mi tia me dijo eso me quede en silencio y le pregunte cuando Irma le dijo semejante cosa a Mima y me respondio que hacia 2 dias, o sea mientras estabamos aun escondidos Alberto y yo en ese momento. Yo me hice el loco y le dije que Irma era una embustera y que yo me habia bajado en Santiago de Cuba con una transfer que me dio el chofer al decirle que habia dejado mi carnet de identidad en Guantanamo y me habia quedado con unos amigos en Santiago. No habia manera de quitarme de la cabeza las palabras de Irma ni la curiosidad por saber cual fuerza era la que me protegia y le comunicaba a ella cosas que nadie puede saber, ni siquiera la omnipresente Seguridad del Estado.

En el Central Lugareno me pusieron en un contingente para reparar traviesas que habian cojido fuego con la quema de cana. Albergados en tres vagones de trenes. Curiosamente recuerdo que montado en una "chispita" con otros jovenes que estabamos siendo llevado camino al albergue, pasando cerca de Lugareno le dije a los que estaban ahi, como jodedera, pensando en Irma, que iba el proximo domingo a ver una pelicula de Alain Dellon que estaban poniendo en el cine del pueblo. ?Y tu eres adivinador o come mierda? dijo uno que hacia rato me habia puesto el ojo. Cuando vayas al batey sabras quien es realmente el come mierda. Ahi mismo sabia que el y yo chocariamos tarde o temprano, lo presenti como si adivinara el futuro.


Continuara.
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