jueves, 5 de febrero de 2015

EL "TRATADO DE PARIS DE 1898" ENTRE EE.UU. Y ESPAÑA DONDE EL MAMBISADO CUBANO FUE "PUESTO EN LA COLA". SOSLAYADO. ESTO ES HISTORIA.



  • 1. COMENTARIO 7: TRATADO DE PAZ ESPAÑA-EEUU.(1898) a) Clasificación del texto. Naturaleza del texto: Tipo de fuente: primaria. Por su forma es un Tratado de paz y, por tanto, un texto de contenido jurídico. Autor: las delegaciones de los gobiernos español y norteamericano, siendo firmado en París el 10 de diciembre de 1898 por Eugenio Montero Ríos y WilliamR. Day. Circunstancias histórico-temporales: En la segunda mitad del siglo XIX estallaron tres guerras en Cuba (1868/78, 1879/80 y 1895/98) que pretendían su independencia de la metrópoli. En la última se produjo la intervención militar de Estados, lo que provocó la rápida derrota de España (hundimiento de las flotas españolas en el Pacífico y Caribe). Ante esta situación ambos países iniciaron negociaciones para la paz con la mediación de Francia: el 12 de agosto de 1898 se firmó un primer Protocolo en el que se plasmaban las exigencias norteamericanas y en diciembre de ese mismo año se firmaba en París el documento definitivo: este Tratado de Paz que ponía fin al conflicto. Destinatario y finalidad: el destinatario es público. El Tratado especifica las condiciones que EE.UU. impone a España tras ser derrotada. b) Análisis El documento presenta (idea principal) el compromiso pactado entre ambos contendientes para poner fin al conflicto. En el articulado que se reproduce, se pueden distinguir algunas de las condiciones que se imponen al país derrotado (España) y otras a las que se obliga el vencedor (Estados Unidos). Está claro que al tratarse de una derrota militar, se produce una cesión de territorios de España a EE.UU, pero los habitantes de estas islas ni participaron en las negociaciones ni consiguieron en principio la independencia. España se compromete a renunciar a Cuba, isla que será ocupada por Estados Unidos y cede a este país Puerto Rico en el Caribe y la isla de Guam más el archipiélago de las Filipinas en el Pacífico; estos últimos con un interés estratégico comercial en la ruta hacia China para los norteamericanos. Además España se compromete a liberar tanto a los prisioneros de guerra estadounidenses como a los encarcelados por delitos políticos en las insurrecciones de Cuba y Filipinas. Por su parte, Estados Unidos se compromete a pagar a España por las citadas cesiones una suma de veinte millones de dólares, a liberar a todos los prisioneros de guerra y a gestionar la liberación de los prisioneros españoles en poder de los insurrectos. c) Comentario En los últimos años del siglo XIX España afrontó la pérdida de sus últimas colonias. El suceso impactó a gran parte de la sociedad española y produjo una grave crisis moral. La Paz de París (1898) puso fin a la guerra entre España y Estados Unidos, que apoyó a los cubanos en su lucha por la independencia. Cuba y Puerto Rico eran las

  • 2. únicas colonias que España poseía desde que, en 1824, se habían emancipado el resto de sus territorios americanos. Cuba era la principal exportadora mundial de azúcar y también gran productora de café y de tabaco. España controlaba el comercio de la isla y aunque permitía que vendiera libremente, no aceptaba la entrada de productos que no fueran españoles sin pagar tasas arancelarias, lo que chocaba abiertamente con los intereses norteamericanos. Las primeras demandas cubanas apostaban en un principio por un sistema autonómico que representara los intereses de los criollos: éstos eran hacendados blancos descendientes de españoles pero nacidos ya en la isla y que poseían gran parte de los ingenios, denominación local de las explotaciones agrícolas de azúcar. Demandaban representación en las Cortes, participación en el gobierno de la isla y libertad de comercio. Estos intereses se oponían a los de los grandes propietarios españoles, los negreros, al gobierno español en la colonia y a los grandes comerciantes españoles. Las posturas se fueron radicalizando: de las demandas autonómicas se pasó abiertamente a las independentistas, hasta que, con la entrada en el conflicto a favor de los cubanos de una nueva potencia colonial, los Estados Unidos, España acabó cediéndole la isla. El tratado de Paz de París supuso el final del conflicto, en el que pueden señalarse las siguientes fases: 1) La Guerra de los Diez Años (1868-78): Los criollos demandaban autonomía, libertad de comercio y el fin de la esclavitud, con lo que su protesta contó con el apoyo popular de los cubanos. No fue hasta 1878, ya en el reinado de Alfonso XII, cuando se logró militarmente el final del conflicto, con la Paz de Zanjón. Se prometió a los cubanos reformas políticas y administrativas, tener representantes en las Cortes y la abolición de la esclavitud, que no se declararía hasta 1888. 2) La Guerra Chiquita (1879-80): El retraso o incumplimiento de los acuerdos de la Paz de Zanjón provocó de nuevo otra sublevación cubana que fue sofocada al cabo de unos meses. 3) La gran insurrección (1895-98): Desde 1890 el independentismo había ido ganando terreno al autonomismo. En 1893 José Martí había fundado el Partido Revolucionario Cubano que, declaradamente independentista, agrupó a todos los caudillos vencidos en la Paz de Zanjón al tiempo que buscó apoyos exteriores, preferentemente en Estados Unidos. Este país se mostraba muy molesto con el gobierno español, entre otras cosas porque el gobierno de Cánovas había elevado las tarifas arancelarias para los productos no españoles que se vendieran en la isla. Por estos años, Estados Unidos compraba el 88,1% de las exportaciones cubanas y no vendía a la isla más del 32% de sus importaciones al no poder competir sus productos con los españoles, libres de tasas arancelarias. Las hostilidades comenzaron en 1895. Cánovas del Castillo, jefe del gobierno español, envió al general Martínez Campos y después al general Weyler caracterizados, sobretodo este último, por sus métodos represivos con los que no pudieron apaciguar la isla. A partir de 1897, España cambió de estrategia. Se planteó la conciliación de intereses aceptando conceder la autonomía para no llegar a tener que conceder la independencia. Pretendía evitar, además, la injerencia directa de los Estados Unidos que ya estaba enviando armas a los insurrectos. La situación extrema de las hostilidades ya no hizo posible la conciliación.

  • 3. 4) La intervención de los Estados Unidos. La Paz de París. El denominado incidente del Maine (abril 1898), acorazado americano que estalló en la bahía de La Habana, proporcionó el argumento a los Estados Unidos para enviar un ultimátum al gobierno español. Aceptar el ultimátum y entregar Cuba a los americanos sin luchar, fue considerado humillante por el gobierno, aunque éste fuera consciente de sus nulas posibilidades ante el poderío militar americano. La guerra hispano- norteamericana se dirimió en el mar en un desigual combate ante los modernos navíos estadounidenses. La flota española fue derrotada. Consecuencias. Demográficas. Se calcula las pérdidas humanas en 120.000 hombres, de los cuales más de la mitad fueron españoles. Económicas. A corto plazo las consecuencias fueron positivas, ya que se repatriaron los capitales españoles que contribuyeron a la industrialización del País Vasco, a largo plazo resultó perjudicial para la economía española ya que dejaron de llegar las materias primas de la isla, azúcar, cacao, café... además se perdió un mercado muy importante para los productos españoles. Políticas. Crisis del sistema de la Restauración. Consolidación del movimiento obrero. Protestas contra el sistema de reclutamiento de las quintas. Desprestigio del ejército que tendrá una contrapartida negativa, el ejército echa la culpa de su fracaso a los partidos políticos. Se inicia un peligroso camino hacia la injerencia del ejército en los asuntos políticos que culminará con las Dictaduras de Primo de Rivera y Franco. Ideológicas: Fue en este terreno donde la crisis tuvo mayor calado. Sus manifestaciones fueron el desencanto y la frustración ante la ruptura de un mito colectivo como era el de ser una gran potencia colonial. Se impuso la realidad evidente de haber pasado a ser una potencia muy secundaria, en un contexto internacional de construcción de grandes imperios coloniales. Pensadores formados en la Institución Libre de Enseñaza formularon propuestas regeneracionistas como el aragonés Joaquín Costa al tiempo que algunos literatos, críticos con el sistema político, se agruparán para analizar “el problema de España” desde una perspectiva moral, cultural y social, es la llamada Generación del 98. En definitiva se acuñó entonces la expresión “El Desastre del 98” que proviene de un telegrama que envió el almirante que mandaba las tropas españolas en la derrota de Filipinas.

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