martes, 12 de mayo de 2015

LA ULTIMA CONVERSACION DEL POETA SOSTENIDA CON EL PADRE PASTOR GONZALEZ ANTES DE SUICIDARSE.



LA ULTIMA CONVERSACION  DEL POETA  SOSTENIDA CON EL PADRE PASTOR GONZALEZ ANTES DE SUICIDARSE.

Dedicado a “La Comisión de la Verdad Ariel Falcón”.

@Manuel Prieres

Aproximadamente las 1.30 de la madrugada cuando Pastor recluído en su habitación, con los ojos rojos y humedecidos, terminaba de leer  los manuscritos que le había hecho depositario Ariel días antes. En su rostro había tristeza. Expresión muy pocas veces vistas en él ya que siempre, aún en los momentos más difíciles, traslucía calma y confianza. Sin embargo, ahora en la privacidad de su habitación, sus manos temblaban.

“Tengo que hablar con Ariel antes que sea demasiado tarde” –se dijo para sus adentros.

Ocurría que ese domingo era el ultimo día de los carnavales, y Pastor aprovechó para pedirle a Ariel que lo acompañase a caminar la calle Carlos Manuel de Céspedes de arriba a abajo donde se celebran tradicionalmente los carnavales en Guantánamo. Ariel accedió y quedaron en verse a las 9.00 p.m. en la puerta trasera de la Iglesia finalizados los oficios dominicales.

Finalmente, ambos se vieron caminando por la calle de carnavales confundidos entre un público celebrante. Pastor miraba con curiosidad a su alrededor. Sin embargo Ariel parecía estar ajeno a lo que lo rodeaba por más estridentes  y espectaculares que fuesen los bailes, las congas, las cervezas en baldes (por escasear las botellas) cruda y contaminada con el polvo levantado y que iba a depositarse dentro de los recipientes utilizados por los celebrantes, como jarros, cubos, frascos, un gentío anárquico, ebrio, problemático.

Hasta que decidieron regresar a la paz y el orden del Curato.
Era ya cerca de media noche pero Pastor le pidió a Ariel que le acompañase un rato más, quería conversar con él.

Ambos sentados en el mullido sofa predilecto por todos en el Salón de Visitas.

__Hijo, me preocupa tu estado de ánimo. Más cuando ahora que he leído tus cosas veo que estás dentro de un laberinto sin salida. Quiero que esta noche no te vayas de aquí, sin antes haberme prometido que vas a poner de tu parte.

(Continuará con una segunda entrega).


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